Combinación de sondeos culturales y entrevistas con cuidadores para codiseñar una solución robótica móvil social

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Ilustración del proyecto

Los cambios demográficos van acompañados de un aumento del número de adultos mayores cuya esperanza de vida es mayor que en años anteriores. El aumento de la edad suele estar correlacionado con la presencia de enfermedades crónicas o polipatologías que afectan a la autonomía. Cuando la autonomía de la persona mayor se deteriora, la prescripción médica permite el acceso a servicios e instituciones sanitarias (EHPAD, centro de día, centro de rehabilitación, SSIAD, SSAD). El objetivo de nuestra investigación es estudiar la organización social dentro de las instituciones que acogen a personas mayores dependientes y el impacto de la posible introducción de un robot social. En un codiseño En la aproximación con los profesionales, la observación de los comportamientos, regulados por reglas y normas sociales, permitirá, de forma coherente con nuestro enfoque empírico, cuestionar las condiciones necesarias para el diseño de una interacción humano-robot aceptable. Las observaciones etnográficas, que se cancelaron debido a la crisis de Covid, nos llevaron a utilizar el "sondas culturales" combinado con entrevistas, para comprender mejor el trabajo diario de los profesionales sanitarios. El análisis de los datos recogidos permite identificar 5 temas recurrentes - El tiempo y el personal, la situación sanitaria, la comunicación/atención, el guiado, las actividades - para lo cual hemos enumerado, en este artículo, los problemas encontrados, las cuestiones planteadas y las ideas de solución potencial con el uso de un robot social.

Contexto

En Francia, salvo en los periodos de guerra, la esperanza de vida ha ido aumentando desde finales del siglo XIX [1]. En efecto, los avances en diversos ámbitos -medicina, farmacología y cirugía- han permitido disminuir la mortalidad por enfermedades infecciosas. Además, la aplicación de políticas de salud pública también ha llevado a la población a envejecer con mejor salud y durante más tiempo. Así, nuestra esperanza de vida casi se ha duplicado entre 1890 y 2017, pasando de 44 y 41 años a 85,6 y 79,7 años para mujeres y hombres respectivamente [2]. Las proyecciones para el futuro son similares, ya que se estima que en 2050 un tercio de la población francesa tendrá 60 años o más [3,4]. Esta evolución sociodemográfica plantea nuevas cuestiones sanitarias y sociales a favor de una ética de los cuidados [5] y del acceso a los mismos. En efecto, con el aumento del envejecimiento de la población y de las patologías relacionadas con la vejez, cabe imaginar un aumento de la demanda en los sistemas de asistencia [6,7]. 

En la actualidad, la atención a las personas mayores en las residencias de ancianos (EHPAD en Francia) se basa en los intercambios entre el propio residente, los familiares y el equipo multidisciplinar, con el fin de adaptar los cuidados y el apoyo. Sin embargo, las observaciones sobre el terreno nos muestran empíricamente que los procedimientos existentes son difíciles de aplicar porque requieren demasiado tiempo. La realidad es que, desgraciadamente, los cuidadores con poco personal no tienen tiempo para prestar más atención a los ancianos que la estrictamente necesaria para su cuidado [18]. Así, no es infrecuente observar trastornos de descomposición entre los adultos mayores, cuando sufren un sentimiento de abandono [9], pero también entre los cuidadores, para quienes el agotamiento es consecuencia de fatiga por compasión [10].

Sin embargo, existen pruebas de los beneficios concretos que obtienen tanto la persona cuidada como el cuidador cuando se centra en la ética del cuidado [11,12]. Como lo define Paperman [13]: "La ética de los cuidados subraya la importancia de las relaciones sociales organizadas en torno a la dependencia y la vulnerabilidad". Esta ética del cuidado conduce a una reflexión sobre el "cuidado" que combina la atención y las responsabilidades por el bienestar de los individuos y sus interacciones.

En este contexto, formulamos la hipótesis de la contribución potencial de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en términos de interacciones, lo que beneficiaría tanto al personal asistencial como a los residentes. Nuestra pregunta de investigación es: ¿cómo podrían las introducción de un robot social en las instituciones que acogen a personas mayores ¿Impactan el orden social vigente? Los comportamientos, regidos por reglas y normas sociales, o reglas profesionales para los cuidadores, servirán de objeto de análisis en nuestra postura empírica y reflexiva. Esta comprensión de las prácticas existentes informará el diseño de las interfaces de interacción con estas máquinas.

A partir de un estudio etnográfico integrado con un enfoque participativo [14,15], nos cuestionamos la introducción de un robot social móvil diseñado y utilizado de forma ética para interactuar con grupos de personas dentro de estas instituciones y las interacciones naturales que se producen en presencia de esta máquina.

Estado del arte

Interacción hombre-robot

La interacción entre humanos y robots (HRI) apareció en los años 80 y tiene como objetivo estudiar las diferentes relaciones entre humanos y robots. Este campo de investigación es muy amplio porque incluye muchas disciplinas: Interacción Persona-Ordenador (HCI), sociología, informática, psicología, neurociencia, proxémica, ... 

En efecto, el factor humano influye positiva y negativamente en la interacción hombre-robot. Por ejemplo, el género representaría una primera especificidad de parametrización en la máquina que influye en la interacción [16, 17]. Según Spatola [18], hay varios factores a tener en cuenta en el desarrollo de un robot:

  • Su forma - más o menos antropomórfico
  • Su comunicación modo - los diferentes canales de comunicación
  • Su autonomía - en relación con el tiempo transcurrido sin asistencia humana
  • Su interacción capacidad - en cuanto al grado de complejidad de un diálogo

Figura 1 El valle misterioso (Mori & al. 2012)

El antropomorfismo es objeto de numerosos estudios en el ámbito de la HRI. Ya en los años 70, los trabajos de Mori [19] establecieron la hipótesis de una correlación entre el grado de antropomorfismo y la aceptabilidad de un robot, aunque sin haberlo demostrado empíricamente. Esta investigación ilustra los límites del antropomorfismo, con la "El valle misterioso". La curva teórica de aceptación de los robots indica que cuanto más humanoide es el diseño, más se acepta el robot. Sin embargo, si pasamos de cierto punto en el parecido, nos encontramos en el "Uncanny Valley": el parecido es entonces tan asombroso que se vuelve extraño, y esta vez la aceptación cae. (figura 1)

Según Duffy [21], el antropomorfismo no debe tener como objetivo construir un humano artificial, sino permitir una mejor integración en la organización social ya establecida. El autor define la noción de sociabilidad artificial asociándolo a 5 habilidades emocionales básicas: conciencia de sí mismo, emoción gestión, motivación, empatía y habilidades sociales. Esto representaría, en definitiva, una capacidad para controlar las emociones propias y las de los demás, para distinguirlas y utilizarlas para guiar su comportamiento [22].   

Ozaki & al [23,24] han estudiado recientemente la capacidad de un robot recepcionista social para predecir y anticipar las reacciones de los clientes con el fin de evitar molestar a una persona que no quiera interactuar o, por el contrario, participar en la interacción.

Capacidades de interacción

En nuestro caso, el robot debe mostrar unas capacidades sociales adecuadas para la interacción, es decir, facilidad de uso, unida a la eficacia de la comunicación (con señales de comunicación estereotipadas como el movimiento de cabeza o la mirada). Para cumplir estas prerrogativas, Duffy [21] nos da algunas pautas para un robot de interacción social

Objeto del estudio

Figura 2 TIAGo Iron

Hemos optado por utilizar el robot TIAGo Iron, desarrollado por Pal Robotics, por su tecnología abierta (Robot Operating System), adaptable a los proyectos de investigación. (figura 2)

La primera parte de nuestro estudio está dedicada a la observación de comportamientos sociales y real prácticas de trabajo [28,29] en una institución médico-social en el ámbito de la geriatría. Estos datos de observación tratarán de responder a la pregunta de investigación:

¿Cómo podría el robot ser útil y/o agradable en su vida diaria?

Metodología

Toda interacción se compone de reglas y códigos sociales propios del lugar o el estatus de los participantes [30]. Por tanto, decidimos estudiar estos intercambios sociales con el objetivo de integrar las normas que los rigen en el diseño de una interacción humano-robot aceptable y así, hipotéticamente, permitir que la máquina se adapte a la situación social. Este estudio preliminar de las prácticas profesionales con las personas mayores se inspira en la sociología de la interacción y, en particular, en el método de observación etnográfica de Erving Goffman [31]. 

La inmersión debía comenzar en 2020. Sin embargo, las instituciones cancelaron las visitas debido a la pandemia. De hecho, la propagación del virus Covid-19 animó al gobierno francés a reorganizar un cierre. En un esfuerzo por proteger a sus residentes, los directores de las instituciones suspendieron todas las visitas de personas ajenas a ellas. Ante esta imposibilidad de observar la vida cotidiana y las prácticas reales de trabajo de los profesionales, nos preguntamos cómo recoger datos cualitativos cuando nuestro acceso a las instalaciones y a los participantes estaba restringido. 

Sondas culturales

El método de sondas culturales [32] pareció ser una buena solución, tanto para mantener un contacto regular con los participantes como para recoger datos cualitativos durante este periodo concreto. Estas "sondas culturales" se presentan como kits de recogida de información y se distribuyen a los participantes. Una vez rellenados, permiten al investigador una "ventana" a la vida del participante y, en nuestro caso, permiten comprender mejor la trabajo diario de los profesionales. También sirvieron de apoyo durante las entrevistas a posteriori con los participantes, para explorar diversos temas planteados por sus respuestas.

Figura 3 Kit con actividades y materiales

En noviembre reclutamos a 4 participantes profesionales de la misma institución: un psicólogo, dos cuidadores y una enfermera. Creamos un kit de 10 actividades divertidas y rápidas para cuestionar su trabajo diario y su visión a priori de la inmersión de un robot en la residencia de ancianos donde trabajan. Nuestro kit, hecho a mano, contenía todas las actividades e iba acompañado de materiales creativos (lápices y rotuladores, bolígrafos, pegatinas, pegamento). (Figura 3).

Para crear las diferentes actividades, primero establecimos los objetivos de cada ejercicio. A continuación, determinamos unas instrucciones claras y el diseño concreto de la actividad. 

En total, se crearon 10 actividades: 

Entrevistas y observaciones

Tras la reapertura de las diferentes residencias de ancianos, también utilizamos entrevistas semiestructuradas [33] para recoger las necesidades. Planificamos las entrevistas durante las observaciones de los participantes o en un momento determinado.

Estas entrevistas se centraron en la prácticas diarias de trabajo. Primero pedimos al participante que se presentara, así como su actividad profesional diaria. A continuación, preguntamos por las dificultades encontradas durante la jornada y las soluciones puestas en marcha para superarlas. A continuación, llevamos la reflexión a la implementación de una tecnología robótica y cómo un robot social móvil podría encajar y apoyar estas prácticas profesionales. Por último, preguntamos al profesional sobre la aspectos éticos y los interrogantes que podría plantear la implantación de una tecnología de este tipo. 

Las entrevistas se realizaron durante las observaciones o por separado en el caso de los participantes en el sondeo cultural. 

Observación de los participantes permite al investigador interrogar a los actores, volver con ellos a una acción que acaba de tener lugar. Esto permite al actor salir del marco de su representación (un acto de cuidado, por ejemplo) para realizar un trabajo reflexivo sobre sus propias prácticas posicionándose como espectador para cuestionar juntos la situación - ¿Qué fachada adoptar en esta situación? ¿Cómo seguir siendo coherente con lo socialmente aceptable? ¿Qué se espera de mí? Estamos convencidos de la pertinencia de este método cuando se trata de debatir cuestiones relacionadas con la ética de los cuidados [35].

Análisis de datos

En este artículo presentamos el análisis de los datos recogidos a partir de 4 sondeos culturales y 8 entrevistas. Estos datos se recogieron en dos establecimientos diferentes: una residencia de ancianos y un centro de día, con la participación de dos psicólogos, un animador, un asistente médico-psicológico, dos enfermeras, dos auxiliares de cuidados y una persona del servicio cívico.  

En primer lugar, los datos relativos a las prácticas profesionales se aislaron previamente para crear personas.

Estas personas, junto con los escenarios, serán útiles en el siguiente proceso de codiseño en sesiones de grupo. Los personajes no son retratos de personas reales, sino que se inspiran en los comportamientos observados o en la información facilitada en las entrevistas [36, 37]. Los datos recogidos sobre las prácticas de trabajo se utilizan como base para la construcción de estos retratos. (Véase un ejemplo en la figura 4)

Figura 4 Ejemplo de persona

Como segundo paso, recogimos los verbatims relacionados con los problemas y las ideas de solución con un robot en post-its, y luego los ensamblamos en forma de mapa mental para permitirnos diferenciar varios temas recurrentes en los datos recogidos (ver Figura 5).

Ilustración del proyecto

Figura 5 Mapa mental con verbatims

Se podrían agrupar varios conjuntos según diferentes temas:

Falta de tiempo y personal

Cuando invitamos a los profesionales a reflexionar sobre las dificultades de su vida diaria, los cuidadores mencionaron unánimemente la falta de personal y, por tanto, la falta de tiempo:

Así, podemos imaginar un robot aliviar a los cuidadores de ciertas actividades (distintas de las asistenciales) para dejar más tiempo al personal. Esto también nos alerta sobre el hecho de que debemos tener cuidado de no añadir una tarea adicional, sino de insertar el robot en una práctica ya establecida, habiéndola entendido de antemano. Para ello, será necesario que el personal disponga de una interfaz simplificada para poner en marcha el robot y que éste permanezca autónomo el mayor tiempo posible (activo sin ayuda humana).

El exceso de trabajo mencionado por los profesionales no es sólo consecuencia de las tareas físicas, sino que también se debe a las incesantes solicitudes de los residentes. 

Ante este problema recurrente mencionado durante las entrevistas, varios participantes plantearon la idea de un robot de información que permita a las personas orientarse en el tiempo y el espacio.

El robot respondería a las peticiones recurrentes de las personas indicándoles, por ejemplo, la hora del día o la actividad que se va a realizar. Podemos pensar que estas solicitudes de las personas frágiles son una forma de tranquilizarse con una presencia humana, por lo que será muy interesante analizar las observaciones con una respuesta robótica.

Figura 6 Ejemplos de escenarios escritos por los participantes

Situación sanitaria

El cansancio moral del personal se ve acentuado por las condiciones actuales vinculadas al contexto sanitario que conocemos. También entre los ancianos se percibe un cansancio, ya que las observaciones muestran que pocos de ellos están motivados para asistir a las animaciones colectivas. 

Para remediarlo, los participantes entrevistados coinciden en que el apoyo de un robot social podría ser una ayuda para repetir las medidas de protección o ser un vector de motivación para participar en las actividades del grupo. Esto reduciría las numerosas exigencias que resultan moralmente agotadoras.

Figura 7 Ejemplo de tarjeta postal escrita por un participante

Comunicación/Atención

También se nos mostró que la crisis había sido una palanca para la entrada de la tecnología digital en la vida de algunos residentes mayores. En efecto, con la ayuda del animador, pudieron mantenerse en contacto con su familia. El robot también pudo venir de apoyo para mantener este vínculo, en particular con la ayuda de llamadas de videoconferencia.

La vida cotidiana y la comodidad del residente son muy importantes para estos profesionales entrevistados, que se preocupan por el bienestar de todos. Desde el principio del día, el residente está en el centro de los pensamientos de estos profesionales de la asistencia. Una cuidadora compartió con nosotros su malestar por despertar a los residentes.

Esta misma participante, en el transcurso de su reflexión, expresó el deseo de un robot que viniera a despertar/estimular suavemente al residente con música o palabras suaves, por ejemplo, antes de su intervención en la habitación para evitar tener que despertar a la persona por sí misma. 

La estimulación verbal parece ser una idea para estimular a los ancianos, pero también a veces para canalizarlos. 

Figura 8 Ejemplos de producciones recogidas en los sondeos culturales

Guiando a

Para estas personas, que a veces tienen dificultades cognitivas, resulta difícil orientarse. A menudo, la persona se desplaza pero cuando se encuentra en el pasillo no sabe qué hacer . En estos momentos, las ideas convergen en un robot que guíe a la persona hasta su asiento. 

Figura 9 Ejemplo de mapa realizado por un participante

Actividades

Figura 10 Ejemplo de "Flops"

No es raro observar perfiles muy diferentes en las sesiones de facilitación de grupos en la residencia de ancianos o para grupos de personas en el Centro de Día. Esta heterogeneidad puede repercutir en todo el grupo.

Para gestionar estos comportamientos desafiantes, muchos cuidadores creen que las actividades cognitivas o individuales podrían ayudar a canalizar a la persona para que esté más disponible para el grupo o viceversa. 

Perspectivas

El estudio etnográfico sigue en marcha en diferentes instituciones. A partir de los datos recogidos hasta ahora, el siguiente paso será codiseñar escenarios de uso de robots con los usuarios. Concretamente, los escenarios servirán de presentación y de soporte para la discusión en grupo, en un proceso iterativo de ajuste. 

Estas sesiones de co-diseño tendrán lugar durante talleres participativos organizados dentro del ActivAgeing Living Lab de la UTT, teniendo cuidado de constituir grupos representativos con actores de diferentes instituciones: profesionales de la salud, cuidadores, adultos mayores de diferentes residencias.

Una vez que hayamos elegido el diseño y el uso aceptables de la interacción entre el hombre y el robot, podremos probar el robot de forma experimental e iterativa, durante las pruebas de campo. Esto nos permitirá observar los comportamientos e interacciones en torno a esta máquina. Imaginaremos varias formas de interacción para observar durante la introducción del robot. 

Imaginaremos varias formas de interacción para observar durante la introducción del robot. 

  • Las personas hablan entre sí, sobre el robot que entonces representa un participante no ratificado en la interacción (según Goffman [40])
  • Una persona se dirige al robot y viceversa, la interacción es entre participantes ratificados
  • La interacción y los turnos de palabra se dan entre el robot, un cuidador y una persona mayor, por ejemplo (uno de los participantes al que no se le dirige la palabra, pero que escucha la conversación, se representa como un participante no ratificado según Goffman también)  

Paralelamente, el trabajo de diseño de la interacción hombre-robot se centrará más técnicamente en el reconocimiento del habla y la navegación, para conseguir un robot fácil de usar.

Conclusión

Referencias

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